«El ser humano es extraordinario». Cierto, y también los seres humanos que lideran grandes compañías y países enteros.
El ser humano es capaz de estar a favor y en contra de lo mismo en el mismo momento. Otra cosa es que un ser humano no sea capaz de disimularlo (un político), y otro es un auténtico maestro en hacer que una postura ambigua parezca única y firme (otro político).
Imaginaros ahora, no a un ser humano, si no a varios seres humanos capaces de hacerlo, unidos por una estrategia. Ahora imaginaros a varios seres humanos capaces de hacerlo, unidos por una estrategia, que además son directivos de una de las mayores y más reconocidas empresas del mundo, directivos de Coca-Cola.
Estos seres humanos han decidido entrar, con las marcas que gestionan, en un mundo extraño y convulso, muy pocas veces explorado y testado públicamente con anterioridad, como la política a través de spots de TV.
Las subidas de impuestos, nos afectan a todos. A las grandes marcas también, y mucho.
Como sabréis, el Gobierno ha subido, en diferentes olas, los impuestos sobre la hostelería, productos básicos, el tabaco…etc.
Recientemente, una subida del 10% en bebidas alcohólicas de altra graduación. ¿Quién sufre más por esto? Pues varias partes:
1. El Hostelero. Raramente el cubata pasará a cobrarse de 6€ a 6,60€. O se queda igual o sube a 7€.
– Si sube a 6,60€ o a 7€: Penaliza al consumidor, tiene que pagar más por la misma copa.
– Si se mantiene a 6€: Penaliza al hostelero, tiene que asumir el aumento y por lo tanto bajar su margen (a no ser que decida poner unas gotas menos de alcohol por copa de estrangis).
2. Obviamente, a las marcas de alcoholes de alta graduación. Diageo, Maxxium, Bacardi…etc.
3. A los complementos a estos bebidas, Coca-cola como gran «mixer», fantas, tónicas, en menor medida zumos…etc.
Si, ese color oscuro de tu copa viene provocado por el contenido de una difunta botella de 25cl de Coca-Cola, que algún día salió del 
embotellador, fue comprada por un distribuidor, entró en el almacén de tu bar, de allí a la neverita de la barra para acabar descansado en el gigantesco cubo de basura al que el barman la arroja después de rebajar los grados de tu Havana 7.
Si tomas menos Havana 7, por ser ahora más caro, usas menos Coca-Colas, por lo tanto todos salimos perdiendo, pero especialmente los bares, porqué es más leña al fuego para perder rentabilidad, y por lo tanto los proveedores de los bares. Menos bares menos clientes.
Bien, Coca-Cola, nada dispuesta a darse por rendida, sabe que debe actuar y sabe cómo hacerlo. Sabe que entrar en política puede ser muy peligroso, y sabe que no hacerlo también.
Así que decide intervenir para defender sus intereses, defendiendo los intereses de los que actúan en contra de sus intereses. ¿Que cómo se hace esto? Muy sencillo.
Por un lado, a través de Aquarius, propiedad de Coca-Cola, se articula una campaña a favor de los políticos honestos, que los hay, pero es algo que una marca no los suele decir. Abogan por el político «pequeño», aquel que vive en la sombra, el que representa la esencia de la política moderna, alguien implicado, tenaz… Lo hacen de una manera divertida, claro.
A pesar de querer ser una campaña simpática y con la intención de rebajar tensiones entre la clase política y la sociedad, ya se han pillado los dedos con Elena Biurrún, la aldesa de Torrelodones, quien sale en el anuncio diciendo que ha abandonado su coche oficial, y pocos días después El País descubre que no ha sido así y realmente lo siguió usando… que mona ella. ¡Y qué cagada!
Obviamente no esperábamos a Rajoy o a Rubalcaba… ¿pero qué costaba usar actores? si se trata de la credibilidad del anuncio… ya se ve que ni cogiendo políticos anónimos nos salvamos… Por cierto, ya han sustituido el anuncio y ahora bombardean con el del chico político que se presenta a los padres de la novia…
Bien, bueno, en cualquier caso, buenas intenciones y simpatía, que de eso falta. También un masaje a clase política y una declaración de apoyo a los buenos políticos (que todos lo son hasta que se demuestra lo contrario).
Por otra parte, LA GUERRA. Coca-Cola y su campaña «benditos bares» y el día de San Bartolo. Una campaña de TV muy amplia, de 
varios meses, ubicando los bares como el epicentro de nuestras emociones, recuerdos, juventud, rutina, seguridad… un zarpazo a las intenciones de este nuestro gobierno de seguir penalizando el sector hostelero, estos «políticos extraordinarios» cuyo afán (¿o necesidad?) recaudatorio les hace atacar a los más indefensos, el pequeño negocio familiar.
Ah, y a las grandes marcas, de paso.
Resumiendo, una campaña para poner a la opinión pública más en contra (aún) de las subidas del IVA en la Hostelería, y por otra parte una gran campaña de su otra marca defendiendo la figura de los políticos, que son los que quieren subir el IVA (Obviamente, parte de los políticos y, obviamente, seguro que no quieren, si no que no tienen otra).
Una jugada de ajedrez (o de canicas) abierta a cualquiera que mire/lea/comente o le comenten anuncios.
Simplemente dejar mi opinión: Cualquier acción que sirva para defender al pequeño negocio, hay que apoyarla, eso si, basta ya de cargar la responsabilidad de salir de la crisis al consumidor final pidiéndole que gaste más de lo que puede apelando a las emociones, y que las grandes cabezas pensantes se esfuercen en cómo hacer que este consumidor final gane más dinero y tenga trabajo para gastarlo en lo que le de la SANTA GANA.
¡Un saludo y hasta pronto!
Marc
MdeMarc 